Por penduloonline.com//editorial
El HUB más ambicioso de las últimas décadas fue presentado por el arquitecto Norman Foster en 2012 en él se proyectaba el despegue en una década del aeropuerto que impulsaría a la ciudad de México como destino mundial.
El NAIM visualizado por el gobierno federal en el Estado de México, abriría la posibilidad de que fuera en tierra mexiquense y en el corazón de la izquierda (Texcoco), el proyecto captaría una derrama económica regional que implicaba inversión en desarrollo urbano, habitacional y comercial que posibilitara encontrar la vocación económica de una zona que por tradición se conocía como ganadera y agrícola, pero que sin embargo continuaba expulsando a sus habitantes para ir a trabajar a la CDMX.
La producción en parcelas se daba de forma muy focalizada por el sector campesino, debido a que en el núcleo del lago aún cuándo se les habían dotado de las tierras por un título virreinal era sub utilizado, ya que siempre fueron tierras donde no se puede cultivar por su alta concentración en carbonato de calcio y debido al carácter salino del suelo.
El lago de Texcoco nunca fue un recinto espiritual, ni existieron vestigios arqueológicos de civilización alguna, la celebración de más relevancia en los ejidos de Nexquipayac en San Salvador Atenco es la representación el 5 de mayo de la batalla de Puebla.
El NAIM era un desafío que en díez años se utilizara este terreno inservible para el desarrollo urbano, para asumir la vocación por integrar la tecnología para convertir los vestigios del lago de Texcoco en el Nuevo Aeropuerto de La Ciudad de México.
El reto era mayúsculo, un sistema de 9 ríos que confluyen en un terreno de mas de 140 mil hectáreas cuyas dimensiones son ocupadas en tiempo de lluvia por grandes caudales de agua que crean grietas mismas que recorren en forma de ríos el terreno hasta una profundidad de mas de 8 metros; estos serían desahogados por un sistema de plantas de bombeo que mantendrían el terreno debajo de las pistas de forma perpendicular mediante un sistema de pistones hidráulicos.
De acuerdo con el gobierno de Enrique Peña, su construcción en Texcoco fue avalada porque pasó los estudios aeronáuticos, hidrológicos, geotécnicos y ambientales que se necesitaban. Inicialmente, se preveía una capacidad para 50 millones de pasajeros al año y después se extendió a 70 millones en una primera fase, posiciones de contacto 96, posiciones remotas 68, fecha de inicio: 2022, su acceso estaba programado a través de un viaducto elevado conectado con el viaducto actual y contaría con facilidades de Metrobús y Mexibús; también se conectaría con el circuito exterior mexiquense.
Tras barrer el proyecto con una consulta anticonstitucional sin valor legal, y con la consigna del desvío de recursos por la mafia del poder, el NAIM cayó. en su lugar se erigió el proyecto de un parque cuya dimensión natural no permite ni siquiera su ocupación más que si ahí se hicieran los mítines del zócalo, con este parque también se termina la lucha histórica de los macheteros que ahora vivirán la justicia de transformación.
El nuevo parque lago Texcoco es un rollo ideológico más que una reserva ecológica, en unos años sería importante saber si se va a fijar un fideicomiso para su cuidado ya que por sus dimensiones es un reto económico para su mantenimiento y adecuación.
El aprovechamiento del parque por parte de los ejidatarios del frente unido de pueblos es nula, ellos fueron liquidados por el gobierno de Enrique Peña Nieto por más de 300 hectáreas que es lo que corresponde a los macheteros legalmente, el terreno de mayor dimensiones es el terreno de las 1646 hectáreas de la comunidad agraria de Santa María Tulpetlac el cuál no fue pagado por el gobierno de la 4T.
Más aún el núcleo agrario de Ecatepec fue desestimado por un decreto presidencial que expropió las tierras del NAIM, por el uso de interés público, sin ninguna autoridad ni justicia social, dejando a la secretaría de la reforma agraria la carga de la prueba para pagar la indemnización.
El mega parque lago Texcoco, es prácticamente un territorio igual de distante para la ciudadanía que el aeropuerto, con la diferencia que la ciudadanía hubiese tenido la intención de viajar, más que de pasear y regodearse del logro votado; el discurso aleccionador del presidente Andrés Manuel López Obrador en su último acto en el Estado de México no señaló que solo se puede llegar en coche por autopista, que no hay una sola línea de transporte público o metro para que la gente de Ecatepec, Texcoco, Chimalhuacán, Tlalnepantla o incluso la CDMX puedan asistir a testimoniar “la gran obra de la transformación”.
Al interior no hay transporte, ni trenes ni lanchas es decir que para trasladarse en el interior de el mega parque tendrías que pasar varias horas caminando o en bicicleta y tal vez este tiempo sirva de “meditación ideológica”, para que encontremos una ficha técnica de lo que se construyó encima de las pistas, la torre de control, las plantas de tratamiento, e incluso un monumento a la corrupción combatida y los nombres de los empresarios que regresaron al pueblo lo robado.
Está mega ciudad deportiva no tiene más que los accesos propios del aeropuerto porque así está diseñado, la periferia está rodeada de miles de luminarias led solares para alumbrar el polígono para los aviones en vuelo, no tenía otro uso, no hay accesos enmedio de los pueblos los cuales se les reconoce como una contribución a la justicia histórica, pero no son productores.
La autopista de las pirámides hacia el interior de NAIM fue prácticamente destruida igual que el propio proyecto, así como las oportunidades de desarrollo para la región de Texcoco, Atenco, Chiautla, Tezoyuca, Acolman, Chiconcuac, o habrá que preguntar si ya se tiene una alternativa económica.
Hoy se vende un proyecto cultural, con toda la parafernalia machetes, Zapata, acarreados, el himno nacional, el rescate de los pueblos indígenas y su lucha, sin embargo el lago de Texcoco no será ni Yellostown, ni Chapultepec, continuará siendo territorio indomable que a pesar de la carga ideológica no tiene orden cuando las fuerzas de la naturaleza así lo deciden, el agua volverá a su cauce y se poblará de sus propias especies y en una de esas será posible ver una aguila devorando una serpiente.
Por tanto, el lago de Texcoco, decidirá por si mismo si va a ser el nuevo parque para el desarrollo de los ejidatarios y su cultura morenista o tendrá alguna otra oportunidad como la instalación de una ciudad universitaria, zonas turísticas con atracción internacional o testimonio de una persona que quiso quitar el proyecto del aeropuerto para hacer el suyo.